Después
de un golpe fuerte en la cabeza, tras la valoración inicial del pediatra,
un adulto responsable debe acompañar al niño en todo momento, y debe evaluar
cada 2-3 horas la presencia de los siguientes signos. Ante su aparición, o el
empeoramiento del estado general se ha de acudir urgentemente a un Servicio de
Urgencias:
-
Somnolencia excesiva, dificultad para despertarle. (Pese a esto, no es
necesario mantener al niño despierto si es hora de dormir, bastará con
comprobar si se despierta con facilidad.)
-
Confusión, desorientación.
- Llanto
persistente, irritabilidad.
-
Dolor de cabeza mantenido o de gran intensidad.
-
Pérdida de conciencia.
-
Convulsión.
- Debilidad
o adormecimiento de cualquier miembro.
- Alteraciones
visuales, asimetría en el tamaño de las pupilas.
- Aparición
de sangre o de un líquido por la nariz o los oídos.
- En
general, ante cualquier síntoma o signo que considere anormal o le preocupe.
Consejos
prácticos:
-
Manténgalo en un ambiente tranquilo y silencioso.
- Si
tiene algún tipo de hematoma en la cabeza, aplíquele frío local.
- Levante
un poco la cabecera de la cama.
- Ofrézcale
líquidos fríos en pequeñas tomas para no favorecer los vómitos.
Fuente: En
Familia